13 de junio de 2022
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Fundación Antonio Pereira
Abstract
CumpleaƱos del escritor Antonio Pereira
Description
Tal dĆa como ayer cumplió el Excmo. seƱor Don Antonio Pereira la excelente cifra de 99 Abriles y me dicen que lo vieron pasear a la caĆda de la tarde por la orilla del Burbia , cerca de la colegiata. Iba acompaƱado de una ninfa meridional a la que llama Ćrsula entre susurros. No es locura pensar que se metiera huyendo del calor por el callejón del Agua, donde , si uno afina el oĆdo, puede escuchar aĆŗn las confesiones vespertinas de las monjas. Es verosĆmil imaginar que el cuentista hubiera pergeƱado alguna maldad sobre la fraternidad entre las hermanas y el hermano confesor. El humor era el plasma que alimentaba las venas del poeta, su manera de vivir y sobrevivir la vida. Hace muchos aƱos dio una conferencia en la Escuela de Magisterio sobre el oficio de escribir , que acabó derivando, como ocurrĆa siempre con Pereira en un filandón donde se entreveran notas autobiogrĆ”ficas , picardĆas adolescentes y algunas ideas sobre quĆ© es un libro y para quĆ© sirve. Ni que decir tiene que se metió al auditorio en el bolsillo en cinco minutos y nos contó lo que le dio la gana pero vestido con aquella lengua magnĆ©tica que atrapaba cómo la imagen de un rayo. Porque el maestro Pereira tenĆa el don del cuento, de la palabra , del filandón y por eso cada vez que leemos un cuento suyo escuchamos esa voz eterna que viene de la tierra antigua para hechizarnos de nuevo. Al acabar , algunos estudiantes, futuros maestros , le preguntamos por el instrumento mĆ”gico para conseguir que nuestros infantes se engancharan a la literatura. El venerable nos miró desde aquellos ojos acuosos y concluyo: -Ustedes solo tienen que leer con ellos, leer en voz alta, leer juntos, enseƱarles a leer⦠Sólo eso: la literatura harĆ” el resto. Cuando tropiezo con algĆŗn apóstol de las nuevas pedagogĆas, esa caterva de diletantes disfrazados de sabios, siempre me acuerdo del maestro Pereira y de lo que se reirĆa de estos eruditos a la violeta, mientras caminaba y liaba un cigarro por algĆŗn camino lleno de cerezos en la repĆŗblica de los almendros.